Por Frank Cortazo
Había un anillo de leyenda vieja que,
Según decían, contenía los poderes de,
Riquezas, darle a su dueño, con la condición
El alma pura, siempre, de tener en posesión.
De puro oro era con un brillo de cegar
Al verlo demasiado, distracciones al negar,
Igual al sol cuando sus rayos resplandores dan
Su luz por dondequiera que, con nueva vida van.
Ese anillo, por muchas personas, se usó
Durante varios siglos pero se le abusó
Su gran poder y nada más que penas dio al ver
La avaricia que querían ellos de tener.
Así que, el anillo, sus riquezas, nunca, dio
Y, al pasar el tiempo, luego, desapareció
Entre las nubes que separan lo artificial
De lo que se defina ser la pura realidad.
Perdido, el anillo, fue, durante años, más,
Y sus rayos brillantes, nadie pudo ver jamás,
Solo entre leyendas en las cuales, pueda ser,
Que por la imaginación, alguien lo pueda ver.
Copyright©Frank Cortazo
COMIENZO
Por Miguel Arteche Salinas
El jardín se ha posado en mi jardín.
Toda su galaxia resplandece
a medianoche.
Los árboles destellan,
las flores fulgen.
Tiene el césped una
tersura de nimbo.
Bajan los transparentes
Y de sus cuerpos surgen
peldaños de escala.
Los radiantes me llaman
con sus cristales.
Mis años descienden en
el cáliz de un instante.
Los centelleantes me han rodeado
Y me tienden sus ojos de oro.
El amor es una paloma
de fuego que elevan.
Por fin llegaron.