Habitantes de East Palestine, Ohio, han reportado que sufren erupciones cutáneas, náuseas y dolores de cabeza, luego del descarrilamiento de un tren que transportaba materiales químicos peligrosos a principios de mes.
Aunque las autoridades estatales y federales han asegurado en repetidas ocasiones a los residentes que el agua y el aire de East Palestine son seguros, la ansiedad se apoderó de la comunidad debido al temor por las consecuencias del derrame de cloruro de vinilo.
Las pruebas realizadas sobre la calidad del aire en más de 530 hogares no han revelado la detección de contaminantes, según informó la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés).
En cuanto al agua, no se ha detectado cloruro de vinilo en ninguna de las vías fluviales cercanas al descarrilamiento del tren, declaró la semana pasada a CNN Tiffani Kavalec, funcionaria de la EPA.
Desiree Walker, residente en la ciudad desde hace 19 años y que vive a solo 270 metros del lugar del descarrilamiento, declaró a la filial de CNN en Ohio, que se niega a que sus hijos beban el agua por temor a que pueda tener efectos nocivos para la salud a largo plazo.
‘‘Es muy preocupante porque son jóvenes. Tienen toda la vida por delante. No quiero que esto les afecte en el futuro’’, dijo. Walker agregó que su familia está sintiendo síntomas, y que por la noche es cuando más huele a químicos.
Aunque la Agencia de Protección del Ambiente (EPA, siglas en inglés) asegura que no está contaminada, el agua muestra colores extraños cuando se le agita, denuncian pobladores en videos subidos a redes sociales.
Las imágenes muestran un cuerpo de agua contaminado en East Palestine, Ohio, donde el choque de un tren provocó una nube tóxica el 3 de febrero pasado.