El director de la Oficina del Censo de EE.UU., Rob Santos, le dijo a más de dos docenas de reporteros de medios étnicos en Houston esta semana, que cuando tenía 4 años, un ratón se arrastraba debajo de las sábanas de su cama, subía y bajaba por sus piernas y cruzaba su pecho. Durante semanas no pudo dormir y estaba aterrorizado de que el ratón lo encontrara de nuevo. Mi abuela me enseñó “cómo deshacerme de mi miedo, siendo yo mismo”. Hoy, Santos aporta su experiencia de vida al trabajo de dirigir la agencia estadística federal más grande del país, responsable no solo del Censo decenal, sino también de otros tres proyectos del Censo, incluida la Encuesta sobre la comunidad estadounidense en curso y una encuesta sobre finanzas y negocios.
Lo que Santos dice que está descubriendo es un “renacimiento social” a medida que el país se vuelve “bellamente diverso” y más personas buscan comprender su propia cultura e identidad, incluso haciendo su propio análisis de ADN.
“Necesitamos aprovechar eso a través de datos más detallados”, dice Santos, y mediante la revisión de las categorías obsoletas que usamos para describir en quién nos estamos convirtiendo. Hoy, por ejemplo, una de cada 10 personas identificadas como negras o afroamericanas nació en otro país. Los estándares de raza y etnia adoptados en 1997 deben actualizarse, un proceso que, según Santos, se completará para 2024. Pero, ¿confiará la gente en los censistas lo suficiente como para compartir información sobre quiénes son después de las controversias que rodean al 2020? Santos es optimista de que mediante la cele-bración de sesiones como la de los medios étnicos en Houston y siendo transparente sobre los objetivos de la Oficina, la confianza pública crecerá, especialmente entre las comunidades que temen ser visibles para el gobierno. “Si digo, responda la encuesta”, la gente se encogerá de hombros. Si ese mensaje provie-ne de usted y de agencias comunitarias que la gente conoce, eso es diferente. Tenemos que iniciar el proceso ahora, no esperar hasta 2027. Al recordar el efecto que tuvo en él el mensaje de su “abuelita”, Santos dijo que recientemente vio a un ratón atravesar el piso de un café donde estaba comiendo. Sin dudarlo, sacó al ratón de la habitación.
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