Agradezco mucho…la gracia de Dios…que me abrió el camino…que llevaba a vos.
Que en la noche larga…oscura, sin ti…me dio de regalo…tú flor de alelí.
Que a la sala triste…de mi casa sola…trajo tu sonrisa…clavel y amapola.
Que en aquel minuto…sin paz y sin fruto…me dio tu cariño…total, absoluto.
Que entonces, confieso…me daba lo mismo…subirme a la cumbre…saltar al abismo.
Que fue el amor tuyo…el gran salvavida… unguento precioso…que curó mi herida.