La crisis del coronavirus ha afectado al sector turístico en todo el mundo. Pero también es verdad que algunas ciudades se han visto más afectadas que otras. Es el caso de Venecia, una de las ciudades más visitadas de Europa y que sostiene toda su economía en el turismo. Según ha publicado EFE en un interesante reportaje, la ciudad de los canales está vacía. Sus hoteles se veden en portales inmobiliarios, los negocios se traspasan a precios irrisorios y la ciudad se desangra poco a poco con el paso de los meses. “De esta pandemia, Venecia saldrá muy, muy débil”, explica Claudio Scarpa, director de la Asociación Veneciana de Hoteleros (AVA), que cifra en “alrededor de una decena” los hoteles traspasados en la ciudad. “Pero es muy probable que en los próximos meses se vendan otros”, matiza.
De hecho, una búsqueda rápida en un conocido portal web inmobiliario italiano arroja más de 40 resultados de alojamientos turísticos en venta en los distritos venecianos, un canal poco habitual para negocios de esta envergadura.
Cobrará a sus visitantes
La ciudad italiana de Venecia ha decidido dar un paso más en la lucha contra la saturación turística y a partir del verano del próximo año les cobrará una entrada a sus visitantes, según recoge el medio italiano La Repubblica, que asegura que el precio variará en función del día y la cantidad de personas prevista.
La previsión de las autoridades es que se coloquen unos tornos en los principales puntos de acceso al centro histórico, similares a los que se colocaron para controlar las entradas al centro. La adopción de esta medida, que se había aplazado dos veces, ha sido finalmente aprobada tras la invasión de turistas en las últimas semanas. La ciudad de los canales recibe cada año 25 millones de turistas, de los cuales cerca de 14 millones van a pasar el día, pero no pernoctan. En septiembre de este año se comenzará a ensayar el sistema de pago en zonas determinadas de la ciudad, pero no será hasta el próximo 1 de junio de 2022 cuando entren finalmente en vigor los torniquetes en función de las pruebas realizadas por el Ayuntamiento italiano.
La denominada “gestión activa de flujos turísticos” estará basada fundamentalmente en el acceso a través de estos torniquetes electrónicos. Se podrá realizar una reserva a través de una aplicación que permitirá pagar la tarifa de acceso a la ciudad. Los venecianos estarán exentos del pago, aunque se les pedirá que reserven su visita.
La entrada a Venecia puede costar desde tres hasta 10 euros (de 3,5 a 11,7 dólares), según el diario La Stampa. El precio dependerá de la temporada y de la cantidad de turistas que esperen llegar ese día.
La medida, muy polémica, es considerada por muchos “inconstitucional y contraria a la legislación europea”, como asegura el concejal Marco Gasparinetti, para quien algo así “se podría hacer para un área limitada, como la plaza de San Marcos, pero no para una ciudad entera”. “Es una medida para hacer dinero”, lamentó.
Venecia es el destino romántico por excelencia ¿Quién no sueña con ir a Venecia una vez en la vida? Algunos pocos dirán que es decadente, que es sólo una sombra de lo que alguna vez habrá sido, que sus canales despiden olores y que además es carísima… Y puede que no estén equivocados del todo, pero es evidente que sólo ven una pequeñísima faceta de lo que es Venecia. A Venecia hay que mirarla como a una bella mujer a la que los años han desmejorado mucho; si nos interesamos en conocer su historia y en comprenderla, entonces será capaz de atraparnos y seducirnos como en sus mejores tiempos. La ciudad de los canales recibe anualmente millones de visitantes; es la segunda ciudad más visitada de Italia luego de Roma. Se recomienda un buen calzado, puesto que la única alternativa para recorrerla que no sea caminando es en algún tipo de embarcación. En ese caso lo más práctico es subir a un vaporeto, el transporte público de la ciudad, que recorre el Gran Canal de un extremo al otro. Más allá de su practicidad, el recorrido es una obligación puesto que los más bellos palacios venecianos, muchos convertidos en museos, otros en hoteles de lujo, dan sobre el canal y desde el vaporeto es la mejor forma de apreciarlos.
Vale la pena “perderse” por los distintos sectores o sestieri y descubrir la arquitectura típica, las plazas, las iglesias y a los venecianos mismos en sus actividades diarias. Si la estancia es de varios días hay que aprovechar para visitar las islas de Murano, famosa por su cristal, y Burano, con sus encajes artesanales.
El invierno, gris y riguroso, no es recomendable para visitar Venecia, excepto en la época de carnaval. Las típicas máscaras y los trajes coloridos siguen siendo una gran atracción turística y una actividad que los venecianos disfrutan especialmente. En materia de museos, los amantes de las artes deberían visitar la Galería de la Academia, donde se expone una de las mayores colecciones de arte italiano. Y estando en una ciudad tan ligada al mar, no puede faltar una visita al Museo Naval, cerca del famoso Arsenal, el antiguo astillero de Venecia. En el museo se exponen maquetas de las embarcaciones construidas por los venecianos, instrumentos y mapas de navegación, pero su modelo más apreciado es la galera de ceremonias que utilizaban los dogos, el Bucintoro.