Eres dama misteriosa…que me visita frecuente…que me secuestras a veces…que me alejas de la gente.
Llegas vestida de largo…siempre el traje rojo o negro…y por travesuras mias…de tu presencia me alegro.
Dicen que fuiste traviesa…que tuviste cien amores…que te regalaban joyas…que te regalaban flores.
Y te vienes a mi puerta…e invades mi humilde espacio…tú faraóna obsequiosa… acostumbrada a un palacio.
Te sientas frente del piano…imponente en la banqueta…con tu embriagante belleza…que despierta en mi al poeta.
Y es tal de bello el concierto…la magia de tu presencia…que llenas la sala toda…con tu perfume, tu esencia.
Y me entrego por completo…al romanceo contigo…como un amante indiscreto…que busca en tu pecho abrigo.
Y ya no me siento solo…ni quiero más compañía…en esta tarde tan triste…para esta noche tan fria.