Las corrientes libertarias del siglo XVIII, que lle-varon a la independencia de los Estados Unidos y precedieron la caída de la monarquía francesa, repercutieron en los países de América Latina con protestas, revueltas y rebeliones. Fernando VII, rey de España, había logrado frenar todo intento de emancipación en las colonias. Es así, que a comienzos de 1816, solo quedaban como únicos focos de agitación libertaria: las Provincias Unidas del Río de la Plata (Argentina), y la Región de los Llanos Orientales del Orinoco (Venezuela). Fue de estos dos históricos lugares de donde partieron las dos Corrientes Libertadoras que convergieron hacia el Perú: la del Sur, al mando de Don José de San Martín (1820), y la del Norte, comandada por Don Simón Bolívar.
Buena parte de los peruanos combatieron en el batallón “Legión Peruana”, en el que destacaron el General La Mar, los oficiales Ramón Castilla, Miguel San Román y Narciso Tudela, todos ellos distinguidos por acción heroica en el campo de batalla.
SAN MARTÍN EN EL PERÚ
El Ejército Libertador del Perú zarpó del Puerto de Valparaíso, el 20 de Agosto de 1820. La expedición constaba de 4118 hombres de las diferentes armas: caballería, infantería y artillería.
En septiembre de 1820, desembarcó en Paracas el general don José de San Martín con tropas procedentes de Argentina y Chile. Se instaló provisionalmente en Pisco y envió delegados a la Conferencia de Miraflores, con la esperanza de convencer al virrey Joaquín de Pezuela de colaborar con la Independencia del Perú.
Al no conseguirlo, se trasladó a Huaura, más cerca de Lima. Mientras tanto su lugarteniente Álvarez de Arenales venció en la batalla de Cerro de Pasco y el jefe de su escuadra Tomás Cochrane capturó en el Callao el buque “Esmeralda”.
Al comenzar 1821, varias ciudades del norte del Perú se adhirieron a los patriotas y empezaron a desertar algunos batallones realistas. Esto provocó el “Motín de Aznapuquio” (enero de 1821), donde un grupo de generales españoles obligaron a renunciar a Pezuela y nombraron como virrey a José de La Serna, quien decidió entrevistarse con San Martín en La Conferencia de Punchauca (junio de 1821). El resultado fue negativo, por lo que San Martín acercó sus tropas a Lima, donde empeoró la escasez de alimentos por el bloqueo de los patriotas. Entonces La Serna y sus tropas huyeron a la sierra central, para después enrumbar al Cusco. Esto permitió el ingreso pacífico de San Martín a Lima para proclamar la Independencia del Perú.
San Martín ocupa Lima y reúne a Cabildo Abierto el 15 de julio de 1821. Don Manuel Pérez de Tudela, más tarde Ministro de Relaciones Exteriores, redacta el Acta de la Independencia, que fue suscrita por las personas notables de la ciudad: “En la ciudad de Los Reyes, el quince de Julio de mil ochocientos veintiuno.
“Reunidos en este Excmo. Ayuntamiento los señores que lo componen, con el Excmo. e Ilmo. Señor Arzobispo de esta santa Iglesia Metropolitana, prelados de los conventos religiosos, títulos de Castilla y varios vecinos de esta Capital, con el objeto de dar cumplimiento a lo prevenido en el oficio del Excmo. Señor General en jefe del ejercito Libertador del Perú, Don José de San Martín, el día de ayer, cuyo tenor se ha leído, he impuesto de su contenido reducido a que las personas de conocida probidad, luces y patriotismo que habita en esta Capital, expresen si la opinión general se halla decidida por la Independencia, cuyo voto le sirviese de norte al expresado Sr. General para proceder a la jura de ella. Todos los Srs. concurrentes, por sí y satisfechos, de la opinión de los habitantes de la Capital, dijeron: Que la voluntad general está decidida por la Independencia del Perú de la dominación Española y de cualquiera otra extrajera y que para que se proceda a la sanción por medio del correspondiente juramento, se conteste con copia certificada de esta acta al mismo Excmo. y firmaron los Srs.: El Conde de San Isidro- Bartolomé, Arzobispo de Lima, Francisco Javier de Zárate- El Conde de la Vega de Ren- El Conde de las Lagunas-Toribio Rodríguez-Javier de Luna Pizarro-José de la Riva Aguero-El marquez de Villa fuerte.. .”.
El 28 de Julio de 1821 se reúne el Cabildo Abierto en Lima, declarando junto con el pueblo la Independencia del Perú de la dominación española y de cualquier otra dominación extranjera. La ceremonia se realizó en la Plaza Mayor, el 28 de Julio de 1821.
Don José de San Martín proclama y jura la Independencia del Perú en la Plaza Mayor de Lima con las siguientes palabras: EL PERÚ DESDE ESTE MOMENTO ES LIBRE E INDEPENDIENTE POR LA VOLUNTAD GENERAL DE LOS PUEBLOS Y POR LA JUSTICIA DE SU CAUSA QUE DIOS DEFIENDE ¡VIVA LA PATRIA! ¡VIVA LA LIBERTAD! ¡VIVA LA INDEPENDENCIA!”
Don José de San Martín gobernó el Perú provisional-mente con el título de Protector.
Durante un año trató de organizar el nuevo Estado y de terminar con la resistencia realista en la sierra sur. Trató de obtener la ayuda de Simón Bolívar, pero éste no aceptó venir mientras San Martín tuviera el poder. En septiembre de 1822, San Martín renunció al gobierno y se retiró del Perú. El Congreso peruano nombró una Junta Gubernativa, que al poco tiempo sufrió el golpe de estado de José de la Riva Agüero. La Junta y Riva Agüero enviaron tropas contra el virrey La Serna, pero fracasaron. En julio de 1822, el Congreso nombró Presidente a don Bernardo de Tagle, quien llamó de emergencia al Libertador Simón Bolívar.
Simón Bolívar fue proclamado Dictador en febrero de 1824, porque así lo ameritaba el momento de insurrección que se vivía en el Perú. Se instaló en Trujillo y organizó el Ejército Unido Libertador, que el 6 de Agosto venció a los realistas en la batalla de Junín y el 9 de Diciembre en la batalla de Ayacucho. Aquí cayó prisionero el virrey La Serna, quien fue expulsado del Perú.
El último foco de resistencia realista fue la fortaleza de Real Felipe, pero el general español Ramón Rodil la entregó en enero de 1826.