Cuando el coronavirus irrumpió en nuestras vidas “barriendo” nuestra anterior normalidad, nos encontrábamos a comienzos de la primavera y por tanto en Europa la epidemia anual de la gripe ya se había desvanecido. Este año, ante el temor generalizado a una segunda ola de COVID en otoño, los virólogos se encuentran expectantes ante el modo en que el SARS-CoV-2 podrá interferir con la secuencia histórica de virus que nos asedian por oleadas.
Cada otoño, se dan una serie de brotes predecibles de virus respiratorios que comienza con los rinovirus, los causantes del resfriado común, que llega a nuestras vidas cada mes de septiembre. Hay quien dice que los niños son a los resfriados lo que los mosquitos a la malaria. Una vez que la mayoría de críos se ha visto expuesto al rinovirus, y su sistema inmunológico está activado, los causantes del resfriado comienzan a palidecer y desinflarse.
Pero su vacío durará poco, casi inmediatamente llegará otro virus respiratorio del que se habla muy poco: el VRS (por sus siglas “virus respiratorio sincitial”) que cada
año, entre octubre y noviembre, provoca resfriados leves entre personas de cualquier edad, aunque es especialmente peligroso entre los niños menores de dos años, muchos de los cuales acaban en el hospital con neumonía.
Cuando el VRS comienza a desvanecerse llega el tercer jinete de la tríada de virus, la bien conocida (aunque no por ello menos temible) gripe. Con suerte, cuando los científicos tienen un buen año, la vacuna de la gripe tendrá un 70% de efectividad.
Claro que en ocasiones la cepa dominante de la gripe de ese año es completamente nueva y por tanto no está incluida en la vacuna estacional, lo cual provoca eso que llamamos gripe pandémica entre la población desprotegida.
De alguna manera, cuando uno de esos virus afecta a una persona, o mejor a una población, los otros no pueden “echarte el guante”. Y claro, la pregunta que todos los virólogos se están haciendo en este momento es: qué sucederá este año con un nuevo actor en juego. ¿Respetará el coronavirus la secuencia que hemos visto, de modo que los rinovirus, VRS y gripe, le mantengan a raya? ¿Sucederá en cambio que, dado que sus células objetivo son otras, podríamos infectarnos con dos virus a la vez? Bien, los datos dicen que el primer fallecido por coronavirus fuera de China fue un ciudadano filipino que también padecía gripe. Así que pese a que deberíamos pensar en lo mejor, lo más lógico es que nos preparásemos para lo peor y acudamos pronto a la vacuna por lo me-nos a la de la influenza.