Por Emilio Martínez Paula
Entre miles de hombres algunos crean riquezas, y el noventa y nueve vive gracias a los que son capaces de acumular riquezas y crean trabajos en los que otros pueden encontrar un empleo para poder ganar dinero y comer. Los ricos son los que crean supermercados, donde usted sale de su casa y consigue los alimentos para poder comer y vivir. Al mismo tiempo que crea puestos de trabajos, los que logran tener fortuna, la depositan en los bancos que luego prestan dineros a los que quieren comprar un automóvil, una casa o mejorar sus negocios. No es necesario que hagan estas actividades por amor al prójimo, es la forma de repartir las riquezas para que llegue a todos, impulsado por el egoísmo individual. No hay otra forma pues acumular bienes de fortuna es producto de una capacidad que no todos los otros hombres tienen, casi todos, la mayoría, son egoístas y sólo piensan en ellos, pero para ganar dinero y hacerse rico necesitan producir cosas valiosas que la mayoría es incapaz de hacer: los refrigeradores, los aparatos acondicionadores de aire, los televisores, las cocinas etc. Los hombres no están capacitados para trabajar juntos y dirigir una empresa en la que todos sean dueños, pues necesitan un jefe que dirija ordene y organice y mantenga la disciplina. Y por la noche cuando todos se van a descansar, el jefe no puede dormir pensando en resolver los problemas de cualquier negocio, sea colectivo o el propio. Esto es necesario traerlo a consideración pues si nadie pone supermercados, los que viven en las ciudades se morirían de hambre. Si el supermercado produce ganancias, esto inclina a otros a poner supermercados y en la competencia bajan los precios, a reserva de que los gobierno regulan los salarios mínimos, que no cubren todas las necesidades del trabajador, lo que lo hace pensar en superarse y tratar de buscar un trabajo mejor pagado. La libre empresa que ya la están aceptando países con regímenes totalitarios y brutales, como Rusia, China, Cuba, Corea del Norte y otros no son pasos hacia la vida libre y democrática, es que sin hombres que se dediquen a hacer negocios para ganar dinero, los bancos no tienen nada que hacer y la economía no produce productos para el consumo del resto de la población.
En las grandes democracias como los Estados Unidos y otros como Francia, Inglaterra, la gente vive mejor. Son los países que más riqueza y libertades producen, gracias a la “libre empresa”. En los países del campo socialista, como Rusia, China, Corea del Norte y Cuba la gente pasa hambre y toda clase de miserias y no tienen libertades, como en Cuba desde que se impuso el socialismo hace más de medio siglo. En Venezuela, Chávez seguía el camino marcado por Castro, que no era otro que permanecer en el poder, aunque para ello ha fusilado más de tres mil seres humanos. Venezuela está en la miseria y la dictadura. Siguen ese ejemplo Bolivia, Ecuador, Nicaragua, donde los que toman el mando no respetan la democracia, solo aspiran a permanecer en el poder, apoyándose en mentiras. José Martí, en los finales de los 1800, cuando en Inglaterra se discutía sobre las bondades de un sistema social para ayudar a los menos favorecidos y evitar la diferencia entre ricos y pobres, Martí dijo: el socialismo nos impondría la esclavitud. Uno de los errores más grave que ha cometido el hombre en búsqueda de soluciones ha sido el marxismo, inventado por un sujeto llamado Carlos Marx, que nunca trabajó, vivía de la ayuda económica de algunos amigos y le gustaba fumar tabacos, puros, y nunca atendió a su familia y su hija casada con el cubano Pablo Lafargue, acosados por la miseria en que vivían, tomaron el camino del suicidio. Rusia que ha sido la gran experiencia del marxismo desde 1917 hasta el presente no ha sido libre ni por un solo día. Stalin tomó el poder asesinó a todos sus compañeros que desde las filas del Partido Comunista impusieron el comunismo en Rusia, que era la octava economía de Europa, como Cuba antes de Castro era una de las tres mejores economías de América.
Por supuesto los que acumulan riquezas no lo hacen con la intención de crear el bienestar de todos, casi siempre es pensando en su bienestar propio, pues el ser humanos es egoísta, pero para tener cada vez más riquezas propias necesita trabajadores a los que trata de pagar lo menos posible. Los trabajadores con buenos oficios, electricistas, plomeros, carpinteros, tipógrafos, etc. logran ganar buenos salarios y les es más fácil poner pequeños negocios o trabajar por su cuenta, si mantienen buenos clientes.