Aunque se ha mantenido alejada de los podios y los discursos durante los últimos años, Melania Trump, la esposa del presidente de Estados Unidos, se unió este martes a otros miembros de la familia en la Convención Republicana, donde su marido aceptará el jueves la nominación del partido para las elecciones del 3 de noviembre.
La primera dama, habitualmente reservada, tomó la oportunidad para reconocer las vidas que se han perdido debido al coronavirus, justo durante una convención en la que la mayoría de los oradores se refirieron a la pandemia en tiempo pasado y casi no mencionaron la cifra nacional de muertes. E intentó encuadrar la presidencia Trump bajo una luz moderada y empática.
Melania Trump se dirigió directamente a los estadounidenses que habían perdido a un ser querido y les dijo “no están solos”. Reconoció que “el enemigo invisible barrió con nuestro hermoso país y nos impactó a todos”.
“Mi marido no parará hasta que haya una vacuna para todos. Donald no descansará hasta que haya una cura para esta pandemia”, dijo.
Con un tono moderado en la noche del martes, Melania Trump dijo que no criticaría a los demócratas. Más bien, dijo que hacía un llamado a “los ciudadanos de este país a tomar un momento, a parar, a mirar las cosas desde todas las perspectivas”. Agregó: “también he pedido a la gente que paren la violencia y el saqueo que se está haciendo en nombre de la justicia. Y a jamás hacer suposiciones basadas en el color de piel de una persona”.
Pidió a padres y maestras estar atentos ante los síntomas de la adicción a las drogas. Y defendió al presidente como a “una persona auténtica que ama a este país”. “Guste o no, uno siempre sabe lo que él piensa”, dijo.
Durante su largo mensaje, Melania Trump, nacida en Eslovenia, se refirió a su historia personal como inmigrante, agradeció a su familia y se refirió a su proceso para obtener su nacionalidad estadounidense. “Como primera dama he visto hacerse realidad el sueño americano una y otra vez”, dijo.
“Cada palabra” del discurso, dijo Stephanie Grisham, la jefa de personal de Melania Trump, “es de ella”.
Era una refutación necesaria después de la presentación desastrosa de la primera dama hace cuatro años en la CNR en Cleveland, para la que descartó el discurso preparado por dos destacados escritores de discursos conservadores y más bien tomó prestadas frases idénticas e ideas del discurso de Michelle Obama en la convención demócrata de 2008.