Considerado como uno de los poetas más destacados de la segunda mitad del siglo XIX, el singular autor Juan de Dios Peza es recordado a 168 años de su nacimiento, ocurrido el 29 de junio de 1852, por la calidad de su obra que abarcó géneros como la historia, poesía, teatro, ensayo y crítica
Juan de Dios Peza, nace en la Ciudad de México el 29 de junio de 1852, quien es bendecido con una preclara inteligencia, a la vez que con un medio ambiente propicio para desarrollar todos sus talentos, pues al ingresar en 1869 a la Escuela Nacional Preparatoria inmediatamente se convierte en el alumno predilecto de un gran pensador mexicano, Ingacio Ramírez, “El Nigromante”.
Al egresar de ese centro de estudios ingresa a la Escuela de Medicina donde establece gran amistad con otro grande de aquel tiempo, Manuel Acuña, quien lo llega a estimar al grado de llamarlo “hermano”.
Su padre fue miembro del partido conservador, ministro de Hacienda en el Primer Imperio de Iturbide y consejero en el de Maximiliano. A Peza le tocó vivir la Intervención Francesa, el Segundo Imperio, la Guerra de Reforma y el Porfiriato.
Peza, fue un hombre liberal, el liberalismo estaba en boga en aquella época, su entusiasmo y apasionamiento por dicho movimiento lo llevó a renunciar a sus estudios para entregarse de lleno al periodismo.
En 1878 es nombrado secretario de la legación de México en España, al lado de Riva Palacio. Y de nuevo su destino lo lleva a unirse a otras grandes luminarias de aquella época pues en Madrid se rodea y sociabiliza con personajes como el político Castelar, y escritores como Núñez de Arce, Campoamor y Selgas.
Al regresar a México empieza a poner su candidatura para lograr puestos públicos y es electo diputado al Congreso de la Unión. Siguieron otros cargos públicos en lo sucesivo, pero sin abandonar las letras, como poeta tiene un estilo único, es realista a la vez que lleno de infinita ternura. Canta al hogar y a sus hijos. Entre los libros que publicó están: Hogar y Patria, La Lira de la Patria, El Arpa del Amor, Recuerdos y Esperanzas, Flores del Alma y Vinos Festivos.
Juan de Dios Peza nació en una familia conservadora (su padre fue ministro durante la intervención) pero como discípulo de Ramírez y Altamirano figuró entre los jóvenes poetas liberales. A la vez Hispanófilo y nacionalista,
Se empeñó en versificar castizamente y en hacer poemas con motivos y escenarios locales.
Como Diplomático, dio a conocer en Madrid a los poetas de su país (La lira mexicana, antología).
Y escribió para México sus Recuerdos de España.
Periodista de prosa suelta y clara que todavía es francamente legible (De la gaveta íntima, Benito Juárez), comediógrafo y fundador de la primera sociedad de autores mexicanos, fue sobre todo poeta muy admirado en los países de lengua española y traducido inclusive al japonés.
Su esposa lo abandonó y esta tragedia convirtió a Peza en el “cantor del hogar”.
En vida fue castigado por su inmensa popularidad, aunque el célebre ataque de Brummel en Poetas mexicanos contemporáneos (1884). Las ediciones modernas de sus obras que ha hecho Porfirio Martínez Peñaloza nos permiten revisar las ideas turinarias. A menudo se encuentran en Peza poemas admirables, como “En las ruinas de Mitla”, y siempre una facilidad y abundancia en la versificación que, si lo ponen a distancia de lo que por ahora consideramos poesía, también lo hacen digno del respeto que Le Corbussier reclamaba para todo trabajo bien hecho.
Históricamente la importancia de Peza es crucial: su empleo del habla cotidiana, su prosaísmo, limpió la lengua poética del peso muerto que arrastraba el romanticismo mexicano y preparó, sin saberlo y tal vez sin quererlo, el advenimiento de los modernistas.
Realizó colaboraciones para la Revista “Universal”, “El eco de ambos mundos” y “La juventud literaria”.
En 1874 estrenó en el Teatro del Conservatorio su obra teatral titulada “La ciencia del hogar”, que constaba de tres actos y estaba escrita en verso.
A principios del siglo XX, Peza ya era reconocido como uno de los poetas más leídos de México.
Su obra se tradujo a idiomas como el ruso, francés, inglés, alemán, portugués, italiano y japonés.
Y el escrito que más fama le otorgó y por el que es mundialmente conocido es “Cantos del hogar”, publicado en Nueva York en 1890.
Casi al final de su vida ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua y se convirtió en el tercer ocupante de la silla número IX. Falleció el 16 de marzo de 1910, año en el cual el país estaba a punto de entrar en otra gran conflagración. En 2012 el Instituto Nacional de Bellas Artes organizó un homenaje para el poeta.
Juan de Dios Peza hizo poemas de los lugares emblemáticos y leyendas de la Ciudad de México en la segunda mitad del siglo XIX. Llegó a ser el poeta más leído en el país hasta principios del siglo pasado.
Tuvo la desgracia de sufrir el abandono de su mujer, que lo dejó con dos hijos pequeños, a los que crio y educó con dedicación. Decidió cambiar el nombre a su hija mayor de María -como se llamaba su madre- a Concepción.