Lejos de la imagen de archipiélago paradisíaco el estado de Hawái se enfrenta a un futuro incierto, no solo por la crisis sanitaria mundial, sino por la contaminación y un modelo de turismo que está acabando con sus espacios naturales poco a poco. El estado ha aprovechado el aislamiento para llevar a cabo un ambicioso plan contra la contaminación y el turismo de masas. De momento los datos sanitarios son favorables, según las fuentes oficiales, Hawái ha identificado 635 casos de COVID-19. De esos casos, el 13% ha requerido hospitalización y 574 (90%) eran residentes. El cierre de las principales islas, no ha sido fácil teniendo en cuenta que dependen del turismo y de los combustibles fósiles, pero ha sido un buen momento para afianzar las bases de su plan estratégico. El crecimiento turístico desenfrenado que tuvo lugar en nuestras islas antes de la pandemia fue insostenible y perjudicial para nuestros recursos naturales. Podemos tomar algunas medidas drásticas ahora para construir una industria de visitantes que haga de la sostenibilidad la pieza central del turismo. Para empezar, pongamos una moratoria temporal en la construcción de más hoteles. En cambio, centrémonos en proyectos de construcción que diversifiquen la economía y generen buenos empleos que sean resistentes en futuras crisis”, señala la periodista Shiyana Thenabadu desde el Star Advertiser de Honolulu.
Las direcciones de este plan estratégico que va de 2020 a 2025 se basan en cuatro pilares fundamentales: la dedicación de recursos al respeto del medioambiente para mejorar la vida de los locales y la experiencia de los visitantes, dar soporte a los grupos nativos de Hawái los Ho‘oulu son la única tribu vigente en el estado que necesita apoyo y protección gubernamental; por otro lado, garantizar que las comunidades locales se beneficien del turismo, además de crear una estrategia de marketing para dar a conocer Hawái por sus comunidades y cultura local. “El turismo de Hawái se encuentra en un punto que requiere un reequilibrio de prioridades. El impulso continuo por aumentar el número de visitantes ha afectado a nuestra naturaleza y nuestros habitantes, la razón por la cual los visitantes viajan a nuestras islas”, señalan desde el plan estratégico.
El futuro de Hawái de momento está en el aire, pero tal y como apuntan en el diario Star Advertiser de Honolulu, podría seguir los pasos de las islas Galápagos que cobran tarifas de entrada a sus espacios naturales con las que sufragan los gastos de su protección y mantenimiento. También podrían limitar la entrada de turistas en cruceros, fomentar voluntariados que vayan dirigidos a la reforestación o fomentar el uso de vehículos eléctricos.