Hoy no tengo nada que decir…o, a lo mejor, prefiero callarme ante el ruido ensordecedor de tantas opiniones, tantas conspiraciones y tantas mentiras.
El ciudadano de a pie está siendo víctima de una guerra sucia, bombardeado por grandes mentiras y medias verdades. Los principales medios de comunicación han sido secuestrados por oscuros pero visibles intereses creados… y las redes sociales están llenas de desinformación, censuras y extremismos.
Por otra parte, la política, tanto la nacional como la internacional, está hoy, mayormente, en manos de mediocres y los más de ocho mil millones de seres humanos que habitamos este maravilloso planeta estamos a la expensa de un grupo de dirigentes nacionales e instituciones internacionales que dejan mucho que desear.
En nuestra misma América, Cuba, Venezuela y Nicaragua están desde hace muchos años desgobernadas por crueles y sanguinarias dictaduras.
El dramatico desplazamiento de millones de cubanos, venezolanos y nicaragüenses que escapan de sus fallidas naciones y la emigración masiva que ocurre en diferentes regiones del mundo, son parte de un gran drama y una enorme tragedia que ocurre en este mismo Siglo XXI.
Hay millones y millones de seres humanos que no tienen que comer, que no tienen acceso a la salud ni al empleo; que no tienen acceso a la educación, a la vivienda, a la electricidad, ni siquiera al agua potable.
En muchos países del mundo no hay libertad de prensa ni elecciones libres. El drama de los presos políticos y la sistemática violacion de los derechos humanos es parte de la realidad en muchas naciones.
! Espanta la cantidad de cadenas que tiene hoy el hombre libre !
Por otra parte, la proliferación de las armas atómicas, hoy en manos de muchos gobernantes irresponsables, deja abierto al mundo a una macabra lotería donde cualquier día pudiera ocurrir una hecatombe de proporciones impensables.
Total, que estamos en una era de transición hacia un mundo tecnológico, supuestamente modernisimo y mejor, donde también sobran las esperanzas y los peligros.
Dicho todo eso, el Hombre, los seres humanos, hemos demostrado, a través de los siglos y las épocas, nuestra capacidad de supervivencia y de excelencia. Ahora, lo haremos otra vez, con el favor y la gracia de Dios.
Las calles serán nuevamente del pueblo. La libertad, la prosperidad, la seguridad, la democracia, el imperio de la ley y la paz prevalecerán definitivamente.También la caridad y la solidaridad. Tiene que ser asi.
Tenemos que aspirar y luchar para que el bien le gane al mal, para que este mundo único , nuestra casa planetaria, sea cada día un mundo mejor, un hogar universal, donde quepamos todos, donde nunca se muera la esperanza. Amén.