El incendio en el Barcelona que dejó la declaración desalida de Lionel Messi ha obligado a todas las esferas del club a replantearse el futuro.
Ronald Koeman, nuevo técnico del Barcelona, no sabía de la decisión de Messi. A estas alturas, su recuperación física está por encima de todas las cosas y las decisiones
finales se las deja a la dirección técnica.
Lo que sí sabía el holandés es que Antoine Griezmann estuvo desperdiciado toda la temporada pasada al jugar pegado a la banda y por ello decidió sentarse con el campeón del mundo para proponerle un cambio de dorsal y externarle el compromiso, de viva voz, de que tendría un rol mucho más protagónico en el club.
Aquellas palabras ahora, en medio de la hecatombe, resuenan y toman un significado mayor.
Ya no solo se verá a Griezmann en la zona de creación con el 7 de toda la vida.
Sin Messi, ‘Grizzie’ se perfila para ser el nuevo líder de este equipo que intentará renacer de sus cenizas.
Las horas críticas que vive el Barcelona están por generarel escenario final de cambio. Messi, prácticamente tiene las maletas hechas, mientras que Bartomeu y compañía planean una última estrategia de ataque que termine por convencer al argentino de quedarse en el club donde lo ganó todo.