Se podía decir, usando el lenguaje coloquial cubano, que desde los tiempos de Mamá Seré, los cubanos hemos sido buenos y punteros en casi todos los deportes.
Ya en Cuba se jugaba pelota al duro en tiempos de la Colonia.
Digo todo esto porque ayer muchos fuimos testigos, en el Stadium de Miami o en la pantalla grande de un “sport bar”, de la aplastante derrota del equipo oficial de la Cuba Comunista, frente a los toleteros imparables del equipo de Estados Unidos.
La mala noticia para la tiranía cubana y sus alabarderos es que el juego terminó nada menos que con un “score” humillante de 14×2, a favor del equipo estadounidense, donde jugaba, entre otros, Nolan Arenado, de padres cubanos.
A Díaz-Canel, el Dictador-Títere y Represor en Jefe de Cuba Comunista, lo vimos, en un video horroroso, vestido con el uniforme y la gorra del equipo oficial cubano, mientras daba instrucciones y despedía a los peloteros cubanos.
Muchos son los apasionados que afirman, equivocadamente, que el deporte no se debe involucrar con la política, pero está claro que, desde la época del Circo Romano y las Olimpíadas de siempre, los tiranos de turno, desde Nerón hasta Hitler, desde Stalin hasta Castro, han usado y abusado del deporte como instrumento de propaganda y beneficio.
Hay que decir que, por lo menos ayer, en el Stadium de Miami, la digna e histórica Capital del Exilio Cubano, la tiranía de los Castro no se salió con la suya.
Tuvieron que morder el polvo de la más humillante derrota.
!ME ALEGRO!