Estados Unidos fue el primer país en reconocer al gobierno brasileño en mayo de 1824. Algunos meses antes había sido divulgada la Doctrina Monroe, por la cual el presidente James Monroe declaraba que Estados Unidos no aceptaría ninguna intervención de Europa en el continente americano
La independencia de Brasil fue proclamada en septiembre de 1822 por el Príncipe Don Pedro I, a la orilla del Río Ipiranga, en São Paulo. En aquella época, Brasil era una colonia de Portugal y pagaba impuestos altísimos a la Corona. La situación económica era mala y la industria no se desarrollaba.
El 7 de septiembre de 1822 Brasil se independiza de Portugal. El imperio del Brasil que posibilitó que Brasil no se dividiera tras la independencia de Portugal como sí ocurrió con las excolonias españolas, duró 67 años.
En 1808, después de un ataque de Napoleón a Portugal, los británicos ofrecerán protección a la familia real portuguesa y a su extensa corte para abandonar el país en dirección a Brasil. Encabezada por el regente Juan y su esposa la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hija de Carlos IV, la expedición transportará a más de 10.000 personas. La corte se instalará en un principio en Salvador de Bahía donde llegará en enero de 1808, para establecerse definitivamente en Río de Janeiro.
La familia real portuguesa habiendo huido a Brasil decide establecer allí un nuevo modelo económico. Pero, eso no sería posible mientras Brasil fuese una colonia de Portugal. Don Pedro I decidió que Brasil necesitaba salir de las manos de Portugal y firmó tratados de comercio y navegación, abriendo oportunidades de hacer negocios con otros países como, por ejemplo, Inglaterra.
Sabiendo de eso, Portugal exigió que Don Pedro I retornase con su familia, pero él no obedeció. Dijo que para el bien y prosperidad de la nación, se quedaría en Brasil. Y así, en 1822, proclamó la independencia.
Desde 1808, y vistas las ventajas de gobernar desde este rincón del mundo, el príncipe regente elevará el principado de Brasil a categoría de reino, conformando el Reino Unido de Portugal, Brasil y los Algarves.
El Imperio del Brasil (Império do Brasil en portugués) fue un estado existente entre 1822 y 1889 que precedió a los Estados Unidos del Brasil.
El Imperio brasileño fue instaurado al final de la Guerra de la Independencia, que separó al Reino de Brasil del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve, y perduró hasta la Proclamación de la República, golpe militar tras el cual fue disuelto en 1889. Se divide a su vez en los períodos Primer Imperio, Período Regente y Segundo Imperio. Con la llegada de este periodo, ya no se usa el título de Rey de Brasil pasando a tomar su monarca el título de Emperador del Brasil.
Elevación a imperio
Tras la disolución del Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve en 1825, el título de Príncipe de Brasil fue desvinculado de los príncipes aspirantes al trono portugués, pasando estos a usar únicamente el título de Duque de Braganza. Nominalmente, Pedro I de Brasil fue el último en tener ambos títulos, habiendo sido príncipe regente de Brasil por un corto período poco antes de la Independencia. Pedro I, a su vez, inicia el linaje de emperadores de Brasil a partir de su coronación como Emperador de Brasil en la Capilla Imperial (Río de Janeiro) el 12 de octubre de 1822. Sin embargo, aún con el título de príncipe imperial de Brasil, apenas Pedro de Braganza y su hijo estuvieron en el trono imperial.
Tras la renuncia de Pedro I al trono, se inicia el Período Regente, que estuvo en vigor hasta que Pedro II alcanzó su mayoría de edad y fue apto para ejercer el derecho nato de ascensión al trono.
Continuidad jurídica
Con el Imperio brasileño surge Brasil como Estado soberano, que ha tenido y tiene continuidad jurídica con los siguientes nombres: República de los Estados Unidos del Brasil (Republica Velha / República Vieja) y, actualmente la República Federativa del Brasil, más conocida como Brasil.
El reconocimiento de la independencia era una cuestión crucial para el Imperio brasileño. Las monarquías absolutas europeas eran hostiles a la independencia del Brasil. Estados Unidos fue el primer país en reconocer al gobierno brasileño en mayo de 1824. Algunos meses antes fue divulgada la Doctrina Monroe, por la cual el presidente James Monroe declaraba que Estados Unidos no aceptaría ninguna intervención de Europa en el continente americano. Gracias a la mediación de Gran Bretaña, en agosto de 1825, la Corona portuguesa reconoció la independencia del Brasil. A cambio, Portugal obtenía la condición de «nación más favorecida» en las transacciones comerciales y obtuvo una indemnización de dos millones de libras.
Gran Bretaña también reconoció la indepen-dencia de Brasil en 1825.
Solo a partir de 1826 la soberanía fue re-conocida por Francia, el Papa y otros Estados europeos, concluyéndose la independencia. Las repúblicas hispanoamericanas, por el contrario, veían al Imperio brasileño como un instrumento de los intereses europeos y condenaron la acción brasileña en la Cisplatina cuando en 1821, el Reino Unido luso-brasileño se anexionó la Banda Oriental, actual Uruguay, y pasó a llamarla Provincia Cisplatina.
En 1831, Pedro I volvió a Portugal para recu-perar el trono que le había usurpado su hermano Miguel a la muerte de Juan VI y entregarlo a su hija María. Y en el trono brasileño le sucedió su hijo Pedro II.